martes, 10 de diciembre de 2013

Al leer el capítulo cinco entendí  que las personas siempre tienen un lado bueno y un lado malo, en otras palabras defectos y virtudes. Una persona tiene siempre que aprender a quererse y valorarse y cada día descubrir un poco más sobre si misma, así como el principito cada día descubría algo más sobre su planeta. En el planeta del pequeño príncipe habían plantas buenas y plantas malas, entre las plantas malas estaban los baobabs, que eran pequeños árboles cuando recién brotaban, pero después se convertían en gigantescos árboles que luego eran difíciles de arrancar. Los baobabs se asemejan a los pecados porque si no los sacas cuando están chiquitos crecen y crecen y son más difíciles de arrancar. Para poder arrancarlos es cuestión de disciplina, orden y constancia.
     


Adriana Salgado

 

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